Me sente a esperarte como cada tarde de Mayo, este era el mes elegido para el encuentro, las lluvias deberían traerte, otra vez, de entre los olvidados, traerme tu presencia especular a mis ojos ávidos de ti.
Me sente a esperarte y te vi, anunciando tu presencia con un ejercito de nubes a tus pies, con la luna como guardián y el atardecer como mensaje.
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